La Unicidad
El plano físico no es un sitio cómodo
para estar: todo se ve tan separado, las personas caminan pensando que comienzan
y terminan en su piel, los objetos parecen tener extremos y superficies
distintas y los acontecimientos parecen tener comienzos y fines distintos.
¡Nada de eso es verdad!
Sus campos personales se extienden desde
varios centímetros hasta varios kilómetros alrededor de ustedes, dependiendo de
sus intenciones y de la frecuencia de la banda a la cual estén haciendo
referencia. Se extienden en frecuencias que van desde las ondas estacionarias
densas de sus cuerpos físicos (las cuales son interpretadas por sus sentidos
físicos para engañarlos y hacerles creer que se trata de sólidos) hasta la
frecuencia más elevada del amor puro que dispuso que este universo y todos los
demás fueran así.
Los objetos en sus vidas están hechos de
energía pura, la cual siempre está entusiasmadamente zumbando en ellos,
emitiendo o reflejando calor y luz. Ustedes ven esto y, a través de unas manos
igualmente energéticas, lo sienten. En medio de uno de los procesos más
brillantemente creados de todo el universo, sus cerebros arman todos estos
datos de energía y los registran como si fueran algo sólido.
Los acontecimientos de sus vidas son
mallas de asociación, muy complejas. Un encuentro aparentemente informal con un
viejo conocido en una esquina del centro de una ciudad pudo haber sido acordado
antes de que ambos nacieran. Como ESPÍRITU, bien pudieron haber planeado que
cada cual adquiriera ciertas destrezas y conocimientos para luego encontrarse
de nuevo y que uno pudiera ofrecerle trabajo al otro; o para crecer
compatiblemente y comenzar una relación que bien podría terminar en pareja.
Así pues, desde el punto de vista del
ESPÍRITU (cosa que ustedes estarán haciendo más y más, desde ahora) no existen
individuos, ni cosas separadas, ni acontecimientos aislados. Sólo existe
energía fluyendo, en un ir y venir, en un subir y bajar de frecuencias.
La siguiente pregunta, entonces, bien
podría ser: "Si esto es verdad, ¿cómo
hago para meterme en ese flujo y volverme consciente de todo?"
La Banda de la Unicidad
He hablado ya bastante acerca de los
campos de energía y de las bandas de frecuencias. Recordemos que las
dimensiones no son lugares, sino bandas de frecuencia como las que usan la
policía, los aviones, la radio comercial, etc. Ellas le sirven de apoyo a
cierto tipo de energía, de una frecuencia mucho más elevada; pero la idea es la
misma.
Ariel nos ofrece el siguiente modelo de
doce niveles como guía a través de las dimensiones:
Sus cuerpos físicos
existen en la tercera dimensión, la cual se basa en la materia física. La
cuarta dimensión es el plano astral, el cual se basa en las emociones. Ambos
constituyen lo que denominamos el Mundo de la Creación Más Densa. Estas son las
dimensiones en las cuales se desarrolla el juego de la separación. Sólo aquí es
posible mantener la ilusión del bien y del mal y sentirse separado tanto del
ESPÍRITU como entre ustedes mismos. Se han vuelto muy buenos haciéndolo. Ha
sido un juego de la separación muy exitoso pero ya llegó el momento de darlo
por terminado. Es por ello que este planeta está en un estado de ascensión. Se
encuentra ahora vibrando en el tope superior del plano astral, preciso al borde
de la quinta dimensión, la dimensión del Cuerpo de Luz. Como parte del proceso
de ascensión, estas dimensiones (más densas) se van a enrollar con las dimensiones
más elevadas y dejarán de existir.
Las dimensiones que
van desde la quinta hasta la novena constituyen lo que denominamos el Ámbito de
la Creación Intermedia. La quinta es la dimensión del Cuerpo de Luz en medio de
la cual ustedes están al tanto de que son Maestros y seres multidimensionales.
En la quinta dimensión se volverán seres completamente orientados por la
espiritualidad. Muchos de ustedes ya vienen desde este plano para convertirse
en Trabajadores de la Luz.
La sexta dimensión
es la que contiene los diseños de los patrones del ADN para todos los tipos de
las especies de la creación, incluyendo los de la humanidad. Allí también están
almacenados los idiomas de la Luz. Está constituida principalmente por color y
tonalidades. Es la dimensión en donde la consciencia crea a través del
pensamiento. Es uno de los sitios en donde ustedes trabajan durante el sueño.
Podría ser difícil comprenderlo porque no están en un cuerpo a menos que elijan
crear uno. Cuando están operando desde la sexta dimensión, se parecen más a un
pensamiento vivo. Crean a través de sus consciencias pero no necesariamente
tienen vehículos para esas consciencias.
La séptima
dimensión es la de la creatividad pura, la de la luz pura, la de la tonalidad
pura, la de la geometría pura y la de la expresión pura. Es un plano de una
refinación infinita.
La octava es la
dimensión de la mente del grupo y es allí en donde harán contacto con la parte
tan inmensa de quienes son. Se caracteriza por la pérdida del sentido del
"yo". Cuando viajan multidimensionalmente es aquí en donde tienen los
mayores problemas tratando de mantener sus consciencias unidas, simplemente
porque son puro "nosotros", funcionando con objetivos de grupo. Así
pues, podría parecerles como si se hubieran quedado dormidos o en blanco.
La novena
dimensión, bajo este esquema que estamos usando, es el plano de la consciencia
colectiva de los planetas, los sistemas de estrellas, las galaxias y las
dimensiones. Aquí, de nuevo, es muy difícil mantener una consciencia del
"yo": son tan inmensos que todo es "ustedes". Imagínense
ser la consciencia de una galaxia. Cada forma de vida, cada estrella, planeta y
mente de grupo de cada especie en ella es "ustedes". Si visitan esta
dimensión, será muy difícil mantenerse conscientes.
Las dimensiones
diez a la doce constituyen el Ámbito de la Creación Más Elevada. La décima es
la fuente de los Rayos, el hogar de lo que denominamos los Elohim. Es aquí en
donde la Luz se diferencia. Es el origen de los planos de la creación que se
envían a los niveles del Ámbito de la Creación Intermedia. Pueden tener un
sentido del "yo" en este nivel pero no se parecerá al que están
acostumbrados aquí. La undécima dimensión es la de la realización de la Luz, es
decir, el punto antes de la creación, el de un estado de expectativa muy
deliciosa, similar al instante que precede a un estornudo o a un orgasmo. Es el
ámbito del ser conocido como Metatrón, el de los Arcángeles y el del Akásico
Superior para este sistema de la Fuente. Hay registros akásicos para los planetas
y las galaxias, al igual que para el sistema completo de la Fuente. Ustedes
están en uno de los muchos sistemas de la Fuente. Es así, pues, que les estamos
describiendo apenas un sistema de la Fuente. Uno entre muchos, éste. Si van a
otro sistema de la Fuente, lo que experimentarán será distinto. Como Arcángel
que soy, mi hogar base es la undécima dimensión. Venimos a ustedes como
mensajeros. Después de todo, eso es precisamente lo que significa la palabra
"arcángel". Es una de mis funciones pues poseo muchas. Tengo una de
Elohim que no se puede describir con palabras. Tenemos muchos, muchos tipos de
tareas.
La duodécima
dimensión es la del Punto Único en la cual toda la consciencia se reconoce a sí
misma en unicidad completa con Todo Lo Que Es. No existe ninguna separación. Si
se conectan con este nivel, ustedes sabrán que son completamente uno con Todo
Lo Que Es, con la fuerza creadora. Si hacen contacto con esta dimensión, ya
nunca más volverán a ser los mismos otra vez porque no podrán sostener el
mismo tipo de separación una vez que hayan experimentado la unicidad completa.
El ESPÍRITU crea la ilusión de la separación
hasta la séptima dimensión. A medida que la frecuencia se eleva, las
distinciones se vuelven carentes de significado y todo es ESPÍRITU. Existe una
banda de frecuencia definida en todos estos niveles, la cual actúa como un
medio unificador, como una frecuencia común, como si fuera el canal público de
radio de la banda ciudadana, con la excepción de que no sólo podrán hablar por
ella sino que son ella. Si equiparan sus consciencias con la frecuencia de esta
Banda de la Unicidad, experimentarán una unidad completa con todo lo que es. Se
la conoce también como la Banda Crística y emana del nivel Crístico. Ella lanza
subarmónicas hacia el interior de todos los planos más densos. La energía en el
nivel Crístico es la energía de ustedes. Es
el nivel en el cual existen como Seres Crísticos, por encima de la separación.
En aras de lo conveniente, a menudo denominamos a esta función de unidad como
la Oficina del Cristo y, en la historia de la Tierra, esta función se ha
manifestado directamente en forma humana, sin niveles intermedios del ESPÍRITU.
Ustedes los han conocido como Quetzalcoatl, Hiawatha, Lao-Tzu, Krishna, Buda y
Jesús. Ellos han sido proyecciones directas de la Banda de la Unicidad y
aparecieron en distintos puntos de la historia para cambiar el curso de los
acontecimientos, recordándole a la humanidad su unicidad. Nosotros también usamos el nombre de Sananda para describir
la Colectividad Crística.
La Banda de la Unicidad, por lo tanto,
es una frecuencia y sus subarmónicas se suceden en todos los planos o
dimensiones. Si se ponen a tono con esa
frecuencia, simplemente conocerán la unicidad y no habrá ya ninguna duda al
respecto. Ponerse a tono con las subarmónicas es como subirse a un ascensor que
los lleve directo al piso superior: rápido, directo y eficaz. Las puertas
se abren y una oleada de amor los baña completamente.
Sananda nos ha dado maneras para
encontrar nuestro camino hacia ese ascensor. Lo he invitado para que él mismo
se dirija a ustedes:
Soy Sananda.
Provengo del nivel en el cual todos ustedes son Uno. Me propongo ayudarlos a
experimentar el nivel de dicha de sus aspectos de frecuencias más elevadas.
Ante todo, es apropiado que corrijamos algunas interpretaciones erróneas
emanadas del idioma y de las creencias de otras épocas.
Se me ha atribuido
haber dicho: "Nadie llegará al Padre sino a través de mí". Lo que
verdaderamente quise decir es que para que experimentaran sus verdaderas
naturalezas, sus mismos Yo Soy, deberían ante todo alinearse con la frecuencia
de la Banda de la Unicidad que yo creo a partir de mi energía.
También se dice que
dije: "Dejad que los niños vengan a mí". De nuevo, fui traducido mal.
Lo que quiere decir es que para que puedan experimentar la unicidad deben estar
tan libres de temores, de imágenes mentales, de juicios, de vivir en el pasado
o en el futuro, como los niños. Estas cosas les bloquean su ingreso a la
experiencia de la unicidad.
Varias cosas se
sucedieron en su planeta en 1988 las cuales hacen la experiencia directa con la
unicidad sea posible ahora. Primero, establecí el ascensor que Serapis
menciona, partiendo directo desde los planos más densos, de manera tal que
puedan sentir las frecuencias subarmónicas de mi energía en el interior de sus
propios campos. El recitar la siguiente invocación los pondrá a tono con esa
frecuencia y podrán dirigir sus percepciones para igualar las armónicas de esa
frecuencia sobre cada uno de los niveles más altos. Cuando hayan alcanzado la
Banda de la Unicidad, lo sabrán porque un sentimiento de paz y de unicidad los
bañara completamente.
Segundo, se ha
traído a este planeta la energía de la Gracia. Esta es la energía del Rayo
Plateado, el rayo de la armonía y del fundirse. Cualquier cosa que estén
haciendo para aumentar la frecuencia de la energía en sus campos personales va
a resultar mucho más suave si invocan la Gracia. Sencillamente imagínense un
rayo de luz plateada, brillante y resplandeciente, fluyendo hacia sus campos,
lavando y llevándose cualquier energía de baja frecuencia que ya no deseen. Los
calmará si están agitados o los reanimará si están cansados.
Un tercer cambio
importante fue la remoción de la continuidad. A lo largo de la historia de la
Tierra, el Rayo Naranja había alimentado las formas masivas de pensamiento de
la realidad de consenso que eran necesarias para apoyar el juego del karma y la
permanencia de las cosas como estaban. El Rayo Naranja quedó purificado hacia
finales de 1988 y de inmediato, los viejos patrones de hostilidad sobre la
Tierra empezaron a desmoronarse porque ya nada los sostenía. Ahora son libres
de cambiar tan rápido como lo deseen.
Le agradezco a
Serapis por esta oportunidad para saludarlos. En amor y en unidad, yo soy Sananda.
Invocación a la Unicidad
Les ofrecemos la siguiente invocación
para ayudarlos a que se conecten con la Banda de la Unicidad:
Soy un Ser
Crístico; soy unidad con el ESPÍRITU.
Soy un Ser
Crístico; soy unidad con el TODO LO QUE ES.
La Luz de mi propio
Ser resplandece sobre mi sendero.
Soy un Ser
Crístico; soy unidad con el TODO LO QUE SERÁ.
Sostengo en mi
corazón la resplandeciente Luz de la Fuente.
Camino en unidad
con el ESPÍRITU.
Río en unidad con
la Fuente.
Amo en unidad con
mis congéneres.
Soy un ESPÍRITU
Crístico; soy un puente entre el cielo y la Tierra.
La función que ustedes conocen como
Sananda ha creado un "ascensor de consciencias" a través de los
planos, es decir, un conjunto de frecuencias armónicas. Usando este conjunto de
frecuencias, pueden experimentar la Unicidad. Sananda generalmente se proyecta
como un ser muy cariñoso y suave para permitir que sus cuerpos emocionales se
relacionen con la frecuencia; y con la unicidad subyacente. Cuando el ESPÍRITU
desempeña esta función, se propone comunicarse como un ser amoroso en
particular, a pesar de que la función de Sananda no sea ni más ni menos amorosa
que cualquier otra.
Cuando el ESPÍRITU desempeñó las
funciones del Cristo, del Buda y del Krishna históricos, por ejemplo, expresó
la unidad y el amor incondicional de la Fuente a través de estas formas, de
seres humanos tales como ustedes, que habían limpiado los campos inferiores más
densos y los habían unificado lo suficiente para poder manejar la energía de
frecuencia más elevada de las dimensiones superiores. Esto se sucede de manera
automática cuando confluyen dos cosas: primero,
se aman a ustedes mismos de manera incondicional; y segundo, saben que son
unidad con todo lo que es. Entonces el amor incondicional es inevitable.
Por ser unos con el ESPÍRITU, ustedes están hechos de exactamente la misma
"cosa" que esas figuras históricas y sus yo-espíritus, de hecho,
realizan exactamente las mismas funciones de Sananda o de Cristo.
La figura histórica de Jesús fue la
encarnación de un Maestro Ascendido cuyos campos estaban lo suficientemente
limpios como para permitir que la energía de alta frecuencia del ESPÍRITU,
proveniente de la dimensión Crística, se fundiera con sus campos hasta el punto
de ser capaz de realizar la función de Cristo-Sananda sobre el plano físico.
Durante esa vida, él fue un canal tan abierto que el ESPÍRITU pudo incorporar
la energía Crística en sus campos. Cualquiera que se acercaba a su campo
quedaba inundado con esa energía; si en cambio, eran lo suficientemente
abiertos, podían experimentar esa energía a través de la resonancia.
Aquellos que contenían cualquier energía
en sus campos que no fuera de amor propio, tal y como, por ejemplo, de
culpabilidad, de autorecriminación, etc., se sentían muy incómodos ante su
presencia, aun cuando la energía de la Banda de la Unicidad, en sí misma,
carece totalmente de juicio. Por un lado, la energía Crística amplifica el amor
por sí mismo y por los demás; y les eleva sus frecuencias aún más. Por el otro
lado, la energía que no sea de amor por sí mismo o por los demás queda
resaltada de manera tan preponderante que no hay más camino que reconocerlo. Si
no están dispuestos a reconocerla como suya propia, proyectarán la ira, el
odio, la amargura, y el miedo sobre otro objetivo conveniente. Jesús se
convirtió en ese objetivo, por supuesto. Es
muy irónico, pero cierto, que al ser confrontada con la Unicidad, la gente
proyecta sus sentimientos de no unidad sobre la fuente de la unidad. Por ello
la figura bíblica de Jesús fue vista como causante de división.
Estén alertas, por lo tanto, pues cuando experimenten la energía de la Banda
de la Unicidad por vez primera, es posible que sientan exactamente lo opuesto
de la unidad. No se preocupen. Agradezcan que pueden sentir la energía de
la separación en sus campos, de esa antigua impresión grabada allí a lo largo
de los años pues ustedes ya están en capacidad de botarla ahora.
He aquí una técnica que pueden probar:
Unifiquen sus
chakras y sus campos; fúndanse con su función espiritual. Imagínense que sus
conciencias abordan un ascensor al nivel del plano físico. Vean como los
nombres de los distintos planos resplandecen en el tablero a medida que van
ascendiendo. Deténganse en el nivel del Plano Crístico. Apenas se abran las
puertas, permitan que sus consciencias salgan del ascensor. Probablemente verán
a varias personas, algunas conocidas y otras no. Son proyecciones, de alta
frecuencia, de aspectos de sus yo-espíritus quienes ya están experimentando una
plena unidad con ustedes. ¿Cómo se sienten ustedes respecto a ellos? ¿Pueden
sentir la unicidad o se sienten separados?
Si se encuentran con alguien de quien
ustedes se sientan separados, intenten realizar un dialogo como el siguiente:
Reconozco que me
siento separado. Soy un Maestro y fabriqué esto a manera de herramienta de
aprendizaje que ya no me es útil y la libero de vuelta al universo. Elijo en
cambio experimentar la Unicidad. Ahora conozco y siento mi unidad con todo lo
que es. Tú (cualquiera que sea su nombre) y yo somos ESPÍRITU, unido e indivisible.
Muévanse con libertad y saluden a
quienquiera que se encuentren. Siéntanse en libertad de pedirle a Sananda que
se aparezca. Ustedes han creado ese espacio y pueden invitar a quienquiera que
deseen. Cuando se sientan completos, regresen al ascensor y traigan a sus
consciencias de retorno hasta sus campos unificados.
Este diálogo es muy útil también cuando
reconozcan que alguien no les cae bien. En medio de un acalorado debate en sus
lugares de trabajo o durante una querella con sus parejas o con sus niños,
intenten proyectar estas palabras, desde sus chakras del corazón, hacia el
yo-espíritu de él o de ella. Ustedes ya saben que él o ella están adentro de su
campo unificado y que recibirán el mensaje, en algún nivel.
Recuerden, ustedes pueden retornar en
cualquier momento que lo deseen. Y cada vez regresaran un poco más distintos.
¡Se los garantizo!